Month: November 2015

Trastornos de Personalidad (Grupo B)

Trastornos de Personalidad: Grupo B

En el último post vimos los tres trastornos de personalidad del grupo A (esquizoide, equizotípico y paranoide). En este vamos a ver los cuatro que forman el grupo B (narcisista, antisocial, límite e histriónico). Mi trabajo de fin de grado fue acerca de estos cuatro trastornos por lo que si alguien está interesado en ampliar información sobre el tema puede ponerse en contacto conmigo (saguesdm@gmail.com).

Los trastornos de este grupo se caracterizan por ser “inmaduros”, un poco dramáticos y muy emocionales. Al igual que los del grupo A, son egosintónicos por lo que normalmente no acuden a terapia por sí mismos sino porque sus familiares o amigos se lo piden. El origen de estos cuatro trastornos está muy relacionado con la psicología evolutiva. Cómo se relacionan los padres con los niños puede ser clave para que la persona desarrolle o no un trastorno de personalidad.



Trastorno Narcisita: Estas personas se caracterizan por un patrón de grandiosidad, una necesidad de admiración y una falta de empatía. Se creen especiales y únicos y consideran que solo pueden relacionarse con personas de alto status. Suelen ser bastante soberbios y arrogantes y exigen que se les trate de manera especial. En sus relaciones personales pueden ser bastante explotadores. Tienden a aprovecharse de los demás para conseguir lo que quieren. Dada su falta de empatía, no sienten escrúpulos a la hora de utilizar a los otros para lograr sus objetivos.

Las personas que llegan a desarrollar un trastorno como este, han crecido con el mensaje de que son especiales y que los demás tienen que tratarles en función a eso. Durante su infancia se les ha dado a entender que tienen derecho a todo lo que quieran. Al crecer con esos mensajes, se van desarrollando con la idea de que son mucho más valiosos y mejores que el resto del mundo. No es cuestión de que tengan una buena autoestima (muchos en el fondo son muy inseguros) sino que su presentación al mundo es que son mejores que los demás.

Este perfil de persona no aparece mucho en consulta, pero eso no significa que no haya muchos narcisistas por la calle. Es muy típico encontrar estos perfiles en cargos altos de las empresas ya que debido a su falta de empatía, son capaces de “pisotear” a quien haga falta para subir. Si no te implicas mucho con un narcisista, puede resultar una persona carismática y con cierta gracia, pero el trato personal con ellos es muy complicado. Pueden llegar a conseguir que las personas que están a su alrededor se sientan inferiores. Su forma de tratar a la gente no es nada cercana, humillan y desvalorizan al otro constantemente.


Trastorno antisocial: Este trastorno se define como un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás. Tienen muchas dificultades para adaptarse a las normas sociales y las leyes. Es común que cometan delitos que les lleven a estar en prisión. Desconfían mucho de la gente por lo que mienten constantemente acerca de su persona. Pueden ser muy agresivos y también carecen de empatía. Abusan de los demás y no se preocupan por nadie más que por ellos mismos. No tienen remordimientos después de actuar de forma deshonesta. Debido a su personalidad y su incapacidad para relacionarse con los demás de forma sana, no suelen mantener sus trabajos por mucho tiempo. Son impulsivos y no suelen meditar mucho antes de realizar una acción. No valoran las consecuencias que puedan tener sus actos.

El origen de este trastorno es una mezcla entre factores genéticos, biológicos y ambientales. Se ha demostrado que los hijos de padres antisociales tienen más probabilidades de desarrollar el trastorno. También hay factores biológicos que influyen como el mal desarrollo del lóbulo frontal o menores niveles de serotonina en el cuerpo. La influencia del ambiente es también determinante para desarrollar esta patología. Es muy común encontrar que las personas antisociales han crecido en un ambiente donde han recibido abuso tanto físico como sexual. Estos niños crecen con el mensaje de que “el fin justifica los medios”. Entienden que la violencia es una forma normal de solucionar los problemas y de relacionarse con los demás.

Las familias donde se han criado estas personas no suelen mostrar cariño o afecto. De niños tienen que aprender a valerse por sí mismos y a pensar solamente en ellos. Este trastorno es distinto a la psicopatía. Las personas antisociales pueden ser también psicópatas, pero no tienen por qué serlo. Al igual que no todos los psicópatas tienen que tener un trastorno antisocial. Son trastornos mentales que tienen bastantes factores en común, pero no es lo mismo.

El personaje Hannibal Lecter, protagonizado en las películas por Anthony Hopkins, muestra cómo puede ser una persona con este trastorno. Como suele pasar en el cine, este caso estaría llevado al extremo. No todas las personas antisociales muestran un deterioro tan grave como el de Hannibal.


Trastorno Límite: Se caracteriza por una gran inestabilidad en las relaciones personales, la autoimagen y las emociones. Son personas muy impulsivas y con mucho miedo al abandono. Tienen bastantes dificultades para manejar sus emociones y pueden pasar de un extremo a otro muy rápidamente. Viven las relaciones personales con más intensidad de lo normal. Por ejemplo, pueden considerar “mejor amigo” a una persona que conocen desde hace dos semanas pero si esta persona hace algo que les ofenda, pueden odiarla profundamente y no volver a hablarla.

Su impulsividad les puede llevar a practicar conductas de riesgo como consumo excesivo de alcohol, conductas sexuales de riesgo, consumo de drogas, conducción temeraria, etc. También es común que presenten intentos de suicidio o que se autolesionen. Tienen un sentimiento crónico de vacío que intentan llenar por medio de conductas que les hagan sentir algo (como las lesiones. Rajándose los brazos pueden aliviar esa sensación de vacío porque ven que sí son capaces de sentir algo). Suelen tener arrebatos de ira y enfado descontrolado. Estas explosiones emocionales pueden estar causadas por miedo al abandono (ya sea real o imaginario).

Las personas que desarrollan este trastorno provienen de hogares donde no se daba mucho afecto y donde había una gran inestabilidad a la hora de recibir atención paterna. Los cuidadores de estas personas suelen ser muy inconsistentes. Pueden pasar de ser sobreportectores o no estar nada presentes. Esa inestabilidad provoca que los niños no aprendan a regular sus emociones y que crezcan con un miedo constante a que el cuidador desaparezca de nuevo.La mala regulación emocional lleva a las malas relaciones sociales. Puesto que estas personas no son capaces de regularse por sí mismas a nivel emocional, dependen continuamente de los demás, pero a su vez temen ser abandonados, lo que hace que las relaciones sociales que tienen sean muy difíciles de mantener. Es también normal encontrar historias de abuso sexual en estas personas.

Mientras que el trastorno narcisista es más común que se de en hombres, el límite es más frecuente en mujeres. De los trastornos de personalidad éste es el que más prevalencia tiene.


Trastorno Histriónico: Las personas histriónicas son muy emotivas y buscan llamar la atención de forma excesiva. No están cómodas en las situaciones donde no son el centro de atención. Usan su aspecto físico para llamar la atención y es normal que intenten seducir o camelarse a la gente. Pueden llegar a ser muy teatrales y dramáticas. Al igual que los límite, pueden pasar de un estado emocional a otro de forma súbita. Algunos autores afirman que las conductas para seducir o las conductas directamente sexuales que llevan a cabo pueden darse debido a que esto les permite relacionarse con la gente pero sin llegar a exponerse emocionalmente. Tienen relaciones muy superficiales.

La idea con la que han crecido estas personas es que no valen nada mientras que los demás son estupendos. Son personas que tienen una imagen bastante negativa de ellos mismos por lo que suelen buscar el reconocimiento en los demás. Viven de forma muy negativa que los demás les rechacen. Durante su infancia les dieron a entender que se les haría caso cuando realmente lo merecieran o cuando hicieran lo que el cuidador quisiera. Eso les lleva en la edad adulta a buscar de forma insistente la atención de los demás. De pequeños la atención la conseguían normalmente cuando eran capaces de llamar la atención de su cuidador. Es por eso que se vuelven tan teatrales y dramáticos, es la forma que han aprendido que funciona para que se les atienda.

Al igual que en el trastorno límite, lo más común es que se de en mujeres.


Como hemos ido viendo, estos cuatro trastornos se caracterizan sobre todo por la ausencia de unos buenos cuidadores. Al hablar de cuidadores se está haciendo referencia a las personas que están a cargo de la crianza del niño. Por lo normal son los padres pero en algunos casos pueden ser los abuelos, tíos, hermanos…la figura que sirva de referente al niño. Esto nos muestra la importancia que tienen las experiencias en las edades tempranas del desarrollo. Es fundamental que los niños crezcan en un ambiente seguro, donde se sientan queridos y protegidos.

Trastornos de Personalidad (Grupo A)

Trastornos de Personalidad: Grupo A

Los próximos tres post los voy a dedicar a los trastornos de personalidad. He decidido hacerlo en tres partes porque hacerlo en una sería demasiado largo y dado que hay tres grupos de trastornos de personalidad (A, B y C) hacerlo así tiene sentido.

A lo largo de la historia se ha hablado mucho de la personalidad y de cómo se puede definir esta. Hay numerosas definiciones, pero a mi personalmente me gusta mucho la que dio Eysenck en 197: La personalidad es la organización estable y duradera del carácter, del temperamento y del físico de la persona. Permite la adaptación al ambiente.Esta definición incluye distintos aspectos de la persona y hace referencia a la parte ambiental, que es imprescindible en nuestras vidas a día de hoy. Esta definición hace referencia a la personalidad general, pero, ¿qué son los trastornos de personalidad?

Sarason y Sarason en 1996 dijeron que  los trastornos de personalidad se corresponden con pautas inflexibles y no adaptativas. Estas pautas conducen a limitaciones graves, a una dificultad en el aprendizaje de estrategias de afrontamiento nuevas ante las dificultades cotidianas y a un aumento en el malestar subjetivo. En definitiva, las personas con algún trastorno de personalidad tienen dificultades para adaptarse al ambiente en el que viven y muestran dificultades a la hora de afrontar situaciones complicadas. Por lo general estos trastornos son lo que llamamos “egosintónicos”. Esto quiere decir que las personas que los padecen no lo viven como un problema. Generalmente no son conscientes de que tienen un trastorno y no quieren ni buscan ayuda. Esto complica en muchos casos tratarlos con éxito cuando van (si es que van) a terapia. En estos casos normalmente la gente va a terapia porque sus familiares, amigos, jefes…se lo han pedido, no porque ellos consideren que lo necesitan. 


A día de hoy, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), considera que existen 10 tipos de trastornos de personalidad, divididos en tres grupos. La división es la siguiente:
  • Grupo A: Trastorno Esquizoide, Trastorno Esquizotípico y Trastorno Paranoide
  • Grupo B: Trastorno Histriónico, Trastorno Límite, Trastorno Narcisista y Trastorno Antisocial
  • Grupo C: Trastorno Evitativo, Trastorno Dependiente y Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la persoanlidad (este último está explicado en el post anterior)
Hoy me voy a centrar en el grupo A. Los sujetos del grupo A son considerados como ·”raros” o “excéntricos”. 

Trastorno Esquizoide: Estas personas son muy solitarias. No disfrutan de las relaciones sociales, ni siquiera les gusta formar parte de una familia. Les gusta realizar tareas en solitario y muchos no muestran deseo ni interés por las relaciones sexuales. Por lo general no tienen amigos íntimos y son indiferentes tanto a los halagos como a las críticas que les puedan hacer y muestran mucha frialdad emocional. Dan la sensación de que están ausentes y esto les dificulta relacionarse incluso con sus familiares. Son personas tímidas e introvertidas. 

Estas personas no tienen deseo de relacionarse con los demás. Se sienten fuera de lugar cuando están con otras personas y les incomodan mucho las muestras de afecto. Les cuesta tanto darlo como recibirlo. Se dice que el escrito Franz Kafka presentaba este trastorno y en una carta que escribió a su novia se ve su dificultad para relacionarse con los demás y su incapacidad para explicar lo que sentía. No puedo hacerte comprender, ni a ti ni a nadie, lo que pasa en mi interior ¿Cómo explicarte por qué me ocurre todo esto? Ni siquiera puedo explicármelo a mí mismo. Pero tampoco esto es lo principal, lo principal es muy claro: me es imposible vivir una vida humana entre los hombres”. 

Prefieren trabajos en los que no tengan que interactuar con gente. Son personas con poca vitalidad, parece que les han robado la energía. Tienen un tono de voz monótono y lento y muestran pocas expresiones faciales. En el nivel emocional, les cuesta expresar cualquier tipo de emoción. Se alegran poco por las cosas pero tampoco parecen mostrar culpa, ira o tristeza. Es como si estuvieran anestesiados emocionalmente y no sintieran nada. Para resumir: son personas solitarias, muy reservadas y distantes. 




Trastorno Esquizotípico: Al igual que en el trastorno esquizoide, los esquizotípicos tienen dificultades para tener relaciones. La diferencia entre ambos trastornos en este nivel es que los esquizotípicos sí suelen mostrar deseo por tener relaciones sociales, pero se ven incapaces de hacerlo. Estos sujetos son vistos como “raros”. Es gente que puede mostrar síntomas parecidos a los de esquizofrenia y pueden tener pensamientos e ideas ilógicas como que les están vigilando o que pueden hacer daño a alguien solo por pensar acerca de ello (a diferencia que en las esquizofrenia, estas personas no están desconectadas de la realidad ni tienen alucinaciones). Son personas que se aíslan bastante y pueden tener creencias y fantasías muy raras (creer firmemente en la existencia de criaturas mágicas, fanáticos de los extraterrestres…). Su mundo suele girar entorno a sus creencias y dedican la mayor parte de su tiempo a investigar sobre aquello que les interesa. Tanto su aspecto como su comportamiento son raros, suelen llamar bastante la atención.


El lenguaje que utilizan puede ser un poco extraño (demasiado vago, mucho uso de metáforas o muy estereotipado). Estas personas muestran ansiedad social cuando tienen que relacionarse y no suelen tener amigos de confianza. Son también solitarios, pero en este caso por las dificultades que tienen para socializar más que por la falta de deseo. Llevado al extremo, el Joker de la saga de Batman tendría este trastorno. Es excéntrico y tienen unas ideas y creencias ilógicas y raras que le impiden relacionarse con los demás de manera normal. Como he dicho, está llevado al extremo, por lo general las personas esquizotípicas no tienen ese componente sociópata que tiene el Joker. Pero es un buen ejemplo para mostrar la excentricidad a la que pueden llegar estas personas si muestran un alto nivel de afectación.




Trastorno Paranoide: Estas personas muestran un patrón de desconfianza y recelo hacia los demás de manera prolongada. Son personas muy desconfiadas, están continuamente pensando que los demás les quieren hacer daño o que les van a engañar o se van a aprovechar de ellos…Dada su desconfianza, limitan mucho sus relaciones sociales. No suelen ser conscientes de que sus preocupaciones son excesivas o que no tienen mucha lógica. Pueden mostrarse muy hostiles con los demás debido a que suelen creer que los demás tienen motivos ocultos cuando se acercan a ellos.


Cuando creen que alguien les quiere hacer algo, buscan hechos para apoyar su teoría. Estos hechos no serían vistos como relevantes para otras personas, pero ellos buscan significados ocultos en todo lo que ven. Interpretan las situaciones como quieren sin plantearse que puedan estar equivocados. Si tienen pareja, suelen dudar de su fidelidad con frecuencia y pueden sentires atacados por los demás a la mínima. Al igual que los otros dos tipos, no tienen muchos amigos cercanos porque llega un punto en el que dudan de todo el mundo. Pueden tener muchas dificultades en el trabajo ya que no saben trabajar en grupo y también puedes desconfiar mucho de sus compañeros. Les cuesta mucho olvidar las ofensas, son muy rencorosos.




Como habréis podido ver, estos tres trastornos tienen en común la dificultad para relacionarse con los demás aunque en cada caso se da por un motivo distinto. Los síntomas suelen aparecer en la infancia, pero hasta la edad adulta no se diagnostican debido a que la personalidad no ha terminado de formarse en la adolescencia.